FELIZ NAVIDAD

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P. Francisco J. Rebollo Leòn SIERVOS DEL DIVINO AMOR

jueves, 20 de febrero de 2025

21 DE FEBRERO SAN PEDRO DAMIAN CARDENAL Y DOCTOR DE LA IGLESIA

 

SAN PEDRO DAMIAN

CARDENAL Y DOCTOR DE LA IGLESIA





Memoria de san Pedro Damiani, cardenal obispo de Ostia y doctor de la Iglesia. Habiendo entrado en el eremo de Fonte Avellana, promovió denodadamente la vida religiosa y en los tiempos difíciles de la reforma de la Iglesia trabajó para que los monjes se dedicasen a la santidad de la contemplación, los clérigos a la integridad de vida y para que el pueblo mantuviese la comunión con la Sede Apostólica. Falleció el día veintidós de febrero en Favencia, de la Romagna (1072).

Fecha de canonización: En el año 1823 por el Papa León XII.

Nació en Ravena y fue una de esas figuras severas que, como San Juan Bautista, surgen en las épocas de relajamiento para apartar a los hombres del error y traerles de nuevo al estrecho sendero de la virtud. 

Debido a la prematura muerte de sus padres, el santo fue criado por su hermano, convirtiéndose en un excelente discípulo, y más tarde en un profundo servidor de Cristo. 

Pedro decidió abandonar el mundo exterior y abrazar la vida religiosa en otra región, entrando al convento de Fonte Avellana, comunidad de ermitaños que gozaba de gran reputación. 

Allí se dedicó a la oración, lectura espiritual y estudios sagrados, viviendo con gran austeridad. 

Pese a su negativa, Pedro asumió la dirección de la abadía en 1043 gobernando con gran prudencia y piedad. 

Fundó otras cinco comunidades de ermitaños, donde fomentó entre los monjes el espíritu de retiro, caridad y humildad y además estuvo al servicio de la Iglesia, siendo nombrado Cardenal y Obispo de Ostia en 1057. 

San Pedro escribió varios documentos que ayudaron a mantener la observancia de la moral y de la disciplina, particularmente en lo que se refiere a los deberes de los clérigos y monjes. 

A pesar de su severidad, el santo sabía tratar a los pecadores con bondad e indulgencia, cuando la caridad y la prudencia lo pedían. Murió el 21 de febrero de 1072. Inmediatamente la gente empezó a considerarlo como un gran santo y a conseguir favores de Dios por su intercesión.

El Papa León XII lo canonizó (1823) y, por los elocuentes sermones que compuso y por los libros tan sabios que escribió, lo declaró Doctor de la Iglesia (1828) .

San Pedro Damiani: consíguenos de Dios la gracia de que nuestros sacerdotes y obispos sean verdaderamente santos y sepan cumplir fielmente su celibato.

miércoles, 19 de febrero de 2025

20 DE FEBRERO SANTA JACINTA MARTO NIÑA

 

SANTA JACINTA MARTO

NIÑA





PALABRA DE DIOS DIARIA

Nació en Aljustrel, Fátima, el 11 de Marzo de 1910. Fue bautizada el 19 de Marzo de 1910. Víctima de la neumonía cayó enferma en Diciembre de 1918. Estuvo internada en el Hospital de Villa Nueva de Ourém y por fin en Lisboa, en el hospital de D. Estefanía donde murió a las 22.30 horas del día 20 de Febrero de 1920.


Del 21 de Enero al 2 de Febrero de 1920, estuvo en el Orfanato de Nuestra Señora de los Milagros, en la Calle de Estrella, en Lisboa, casa fundada por la D. María Godinho, a quien Jacinta llamaba "Madrina". Fue celebrada la Misa de cuerpo presente en la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, en Lisboa, donde su cuerpo estuvo depositado hasta el día 24, día en que fue transportada a una urna para el cementerio de Villa Nueva de Ourém. Fue trasladada para el cementerio de Fátima el 12 de Septiembre de 1935, fecha en que la urna fue abierta.

El 1 de Mayo de 1951 fue finalmente trasladada a la Basílica del Santuario.

Más allá de las 5 Apariciones de la Cova de Iría y 1 de los Ángeles, Nuestra Señora se le apareció a Jacinta 4 veces más en casa durante la enfermedad, 1 en la Iglesia Parroquial en un jueves de la Ascensión, y aún en Lisboa en el Orfanato y en el hospital.

Su vida fue caracterizada por el Espíritu de sacrificio, el amor al Corazón de María, al Santo Padre y a los pecadores.

Llevada por la preocupación de la salvación de los pecadores y del desagravio al Corazón Inmaculado de María, de todo ofrecía un sacrificio a Dios, como les recomendará el Ángel, diciendo siempre la oración que Nuestra Señora les enseñará: “Oh Jesús, es por Vuestro amor, por la conversión de los pecadores (y acrecentada, por el Santo Padre) y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María".

Canonizada por el Papa Francisco el 13 de mayo de 2017.

martes, 18 de febrero de 2025

19 DE FEBRERO SAN CONRADO CONFALONIERI DE PIACENZA

 

SAN CONRADO DE PIACENZA 

EREMITA




PALABRA DE DIOS DIARIA


En Neto, en Sicilia, san Conrado de Piacenza Confalonieri, eremita de la Tercera Orden de San Francisco, que, abandonando los placeres seculares, perseveró durante más de cuarenta años en una vida austera de oración y penitencia (1351).

Fecha de canonización: 12 de septiembre de 1625 por el Papa Urbano VIII.

Los ecólogos probablemente no tienen ninguna simpatía por este santo, pues durante una cacería no dudó en quemar el bosque con tal de hacer salir las liebres y los faisanes.

Para aplacar la ira de los colonos que vieron destruidas sus cosechas y sus casas por el voraz incendio, el gobernador de Piacenza, Galeazzo Visconti, hizo condenar a muerte al primero que cayó en sus manes y cuya única culpa era la de haberse encontrado en el monte durante el incendio.

El verdadero culpable era Conrado Confalonieri que había nacido en Piacenza en 1290; estaba casado y su profesión era la de soldado de aventura. 

Era fundamentalmente un hombre de bien, y por eso no dudó en entregarse, cuando supo que un inocente iba a pagar con la vida su acto de ligereza. Después de haber confesado su culpa, manifestó que estaba dispuesto a pagar los daños. Y así lo hizo, aunque quedó en extrema pobreza. 

Como los caminos del Señor son infinitos, el pirómano cazador, actitud muy poco franciscana, entró arrepentido y en paz a la Tercera Orden franciscana de Calendasco en 1315, después de haberse separado de común acuerdo de su esposa, Eufrosina, que, siguiendo el ejemplo del marido, entró al monasterio franciscano de Piacenza.

Dentro del sayo franciscano palpitaba todavía el corazón del errante hombre de armas. 

Después de varios años de piadosa peregrinación de un santuario a otro, fray Conrado fijó su residencia en un pueblito llamado Noto, más abajo de Siracusa, en un lugar apartado. Pero la fama de su santidad lo seguía como la sombra, y al ver que las demasiadas visitas le quitaban el tiempo para la oración, se retiró de allí y fue a vivir en una gruta apartada que después la gente bautizó con el nombre de “gruta de San Conrado”. Allí murió el 19 de febrero de 1351.

La Orden franciscana venera a este ilustre miembro seglar de su familia y celebra su memoria el 19 de febrero, desde que Urbano VIII, por decreto del 12 de septiembre de 1625, concedió a la Orden celebrar misa y oficio del santo eremita.

lunes, 17 de febrero de 2025

18 DE FEBRERO SAN ELADIO DE TOLEDO ARZOBISPO

 

SAN ELADIO DE TOLEDO

ARZOBISPO




PALABRA DE DIOS DIARIA

En Toledo, en Hispania, san Eladio, que, después de haber dirigido los asuntos públicos en el palacio real, fue abad del monasterio de Agali y, elevado después al obispado de Toledo, se distinguió por los ejemplos de caridad (632).

Arzobispo importante por su cometido entre los visigodos toledanos de su tiempo. Tuvo el buen gusto de admitir al diaconado a san Ildefonso que le sucedería también en la sede arzobispal de Toledo. Pasó dieciocho años al servicio de los cristianos como sucesor de los Apóstoles, desde que murió Aurasio, su antecesor en el mismo ministerio, y construyó también el templo de santa Leocadia.

Su padre llevó antes que él su nombre y ocupaba un cargo importante en la Corte. En familia de buenos cristianos nació Eladio, en Toledo, pasando la segunda mitad del siglo VI. Llega a sobresalir tanto en el cuidado de los negocios y tan merecedor es de confianza que el rey lo nombra administrador de sus finanzas ¡un antecedente de los ministros de Hacienda de hoy!

No se le sube a la cabeza de mala manera el honor, ni las riquezas, ni el poder que su cargo conlleva. No, no se dejó deslumbrar por la grandeza. Desde siempre era conocida su devoción y la fidelidad a las prácticas de vida cristiana. San Ildefonso dice de él que «aunque vestía secular, vivía como un monje». Y no le faltaba razón, porque frecuentaba el retiro monacal del monasterio Agaliense próximo a Toledo y algo se le pegaría.

Entre los afanes de las cuentas, recaudaciones, ajustes y distribución de dineros le llega la hora de la vocación a cosas más altas. Hay un cambio de negocio y quien lo propone es el Señor. Con voluntad desprendida deja bienes, afanes terrenos, comodidades, familia y mucho honor. Tomado hábito, a la muerte del abad, los monjes le eligen para esa su misión.

Después viene otra muerte, porque así vamos pasando los hombres. Se resiste Eladio a aceptar la distinción de arzobispo, pero la silla toledana necesita un sucesor después de la muerte de Aurasio. Los años no son obstáculo para reformar el estamento eclesiástico, mejorar el estado secular y cuidar el culto divino. Como obispo no puede olvidar a los más necesitados en lo material porque sin caridad no hay cristianismo creíble; y es en este punto donde su discípulo y sucesor Ildefonso escribe: «Las limosnas y misericordias que hacía Eladio eran tan copiosas que era como si entendiese que de su estómago estaban asidos como miembros los necesitados, y de él se sustentaban sus entrañas»; este era un motivo más para cuidar la austeridad de su mesa arzobispal, debía ser frugal en la comida para no defraudar a los pobres.

Aún tuvo más entresijos su vida; negoció delicadamente con Sisebuto la ardua cuestión que planteaba la convivencia diaria entre las comunidades de judíos y cristianos que era fuente permanente de conflictos religiosos y de desorden social.

Murió el 18 de febrero del año 632.

domingo, 16 de febrero de 2025

17 DE FEBRERO SIETE SANTOS FUNDADORES DE LOS SIERVOS DE SANTA MARÍA VIRGEN (SERVITAS)

 

LOS SIETE SANTOS FUNDADORES DE LA ORDEN DE LOS SIERVOS DE MARÍA.

SERVITAS





PALABRA DE DIOS DIARIA

Los siete santos fundadores de la Orden de los Siervos de María: Bonfilio, Bartolomé, Juan, Benito, Gerardino, Ricovero y Alejo. Siendo mercaderes en Florencia, se retiraron de común acuerdo al monte Senario para servir a la Santísima Virgen María, fundando una Orden bajo la Regla de san Agustín. Son conmemorados en este día, en el que falleció, ya centenario, el último de ellos, Alejo (1310).

Según la tradición hubo siete hombres, muy respetables y honorables, a los que nuestra Señora unió, a manera de siete estrellas, para iniciar la Orden suya y de sus siervos. Los siete nacieron en Florencia; primero llevaron una vida eremítica en el monte Senario, dedicados en especial a la veneración de la Virgen María. Después predicaron por toda la región toscana y fundaron la Orden de los Siervos de Santa María Virgen, aprobada por la Santa Sede en 1304. Se celebra hoy su memoria, porque en este día, según se dice, murió San Alejo Falconieri, uno de los siete, el año 1310.

En la Monumenta Ordinis Servorum Beatae Maríae Virginis se lee lo siguiente respecto del estado de vida de los Siervos de Santa María Virgen: “Cuatro aspectos pueden considerarse por lo que toca al estado de vida de los siete santos fundadores antes que se congregaran para esta obra. En primer lugar, con respecto a la Iglesia. Algunos de ellos se habían comprometido a guardar virginidad o castidad perpetua, por lo que no se habían casado; otros estaban ya casados; otros habían enviudado.

En segundo lugar, con relación a la sociedad civil. Ellos comerciaban con las cosas de esta tierra, pero cuando descubrieron la piedra preciosa, es decir, nuestra Orden, no sólo distribuyeron entre los pobres todos sus bienes, sino que, con ánimo alegre, entregaron sus propias personas a Dios y a nuestra Señora, para servirlos con toda fidelidad.

El tercer aspecto que debemos tener en cuenta es su estado por lo que se refiere a su reverencia y honor para con nuestra Señora. En Florencia existía, ya desde muy antiguo, una sociedad en honor de la Virgen María, la cual, por su antigüedad y por la santidad y muchedumbre de hombres y mujeres que la formaban, había obtenido una cierta prioridad sobre las demás y, así, había llegado a llamarse “Sociedad mayor de nuestra Señora”. A ella pertenecían los siete hombres de que hablamos, antes de que llegaran a reunirse, como destacados devotos que eran de nuestra Señora.

Finalmente, veamos cual fuera su estado en lo que mira a su perfección espiritual. Amaban a Dios sobre todas las cosas y a él ordenaban todas sus acciones, como pide el recta orden honrándolo así con todos sus pensamientos, palabras y obras.

Cuando estaban ya decididos, por inspiración divina, a reunirse, a lo que los había impulsado de un modo especial nuestra Señora, arreglaron sus asuntos familiares y domésticos, dejando lo necesario para sus familias y distribuyendo entre los pobres lo que sobraba. Finalmente buscaron a unos hombres de consejo y de vida ejemplar, a los que manifestaron su propósito.

Así subieron al monte Senario, y en su cima erigieron una casa pequeña y adecuada, a la que se fueron a vivir en comunidad. Allí empezaron a pensar no sólo en su propia santificación, sino también en la posibilidad de agregarse nuevos miembros, con el fin de acrecentar la nueva Orden que nuestra Señora había comenzado valiéndose de ellos. Por lo tanto, comenzaron a recibir nuevos hermanos y, así, fundaron esta Orden. Su principal artífice fue nuestra Señora, que quiso que estuviera cimentada en la humildad, que fuese edificada por su concordia y conservada por su pobreza.

sábado, 15 de febrero de 2025

16 DE FEBRERO SANTA JULIANA VIRGEN Y MÁRTIR

 

SANTA JULIANA

VIRGEN Y MÁRTIR





PALABRA DE DIOS DIARIA

Cuando llegó la paz de Constantino, la matrona Sofronia tomó las reliquias del cuerpo de la mártir Juliana con la intención de llevarlas consigo a Roma. Por una tempestad, tuvo que desembarcar en Puzoli donde le edificó un templo que luego destruyeron los lombardos. Las reliquias se vieron peligrar y prudentemente se trasladaron a Nápoles donde reposan y se veneran con gran devoción.

En Nicomedia tuvieron lugar los hechos, de mil maneras narrados y con toda clase de matices comentados, en torno a esta santa que hizo un proyecto de su vida contrapuesto al deseado por su padre. Los narraré escuetamente adelantando ya que fue por la persecución de Maximiano.

Juliana es hija de una conocida familia ilustre pero con un padre pagano metido en el ejercicio del Derecho - que cuando llega el momento llega a convertirse en perseguidor de los cristianos - y una madre agnóstica. Ella, por la situación del entorno familiar nada favorable para la vivencia cristiana, se ha hecho bautizar en secreto. Además se le ha ocurrido entregarse enteramente a Cristo y no entra el casamiento en sus planes de futuro. Este es el marco.

La dificultad del caso comienza cuando Eluzo, que es un senador joven, quiere casarse con Juliana. La cosa se pone aún más interesante porque, conociendo que Eluzo bebe los vientos por su hija, ya ha concertado el padre el matrimonio entre el senador y la joven, comprometiendo su honorabilidad.

La supuesta novia lo recibe amablemente y con cortesía haciendo gala de su esmerada educación. Pero, al llegar el momento culminante de los detalles matrimoniales, salta sobre el tapete una condición al aspirante con la intención de desligarse del compromiso. No lo aceptará -le dice- mientras no sea juez y prefecto de la ciudad. Claro que eso era como pedir la luna; pero se vio pillada en sus palabras ya que en poco tiempo, gracias a influencias, dinero y valía personal, Eluzo se ha convertido en juez y prefecto de Nicomedia; además, continúa insistiendo en sus pretensiones matrimoniales con Juliana. La doncella mantiene la dignidad dándole toda clase de felicitaciones y parabienes, al tiempo que le asegura no poder aceptar el matrimonio hasta que se dé otra condición imprescindible para cubrir la sima que los separa: debe hacerse cristiano.

Ante tamaño disparate es el propio Eluzo quien pondrá al padre al corriente de lo que está pasando y de la «novedad» que se presenta. «Si eso es verdad, seremos juez y fiscal para mi hija». Juliana sólo sabe contestar a su padre furioso que ansía ser la primera dama de la ciudad, pero que sin ser cristiano, todo lo demás lo estima en nada.

«Por Apolo y Diana! Más quiero verte muerta que cristiana».

Convertida al cristianismo, se destacó por su entusiasmo y ardor en la difusión de la fe, por lo que fue encarcelada, torturada y finalmente decapitada el año 305. Su cuerpo fue trasladado a Cumas, en Italia, y posteriormente su reliquias llegaron a España, donde en su honor los condes de Castilla levantaron el célebre monasterio de Santillana (Santa Ileana), uno de los mejores monumentos de la Edad Media española

En la conversación tratará a su padre con respeto y amor de hija, pero... «mi Salvador es Jesucristo en quien tengo puesta toda mi confianza». Vienen los tormentos esperados cuando las razones no son escuchadas. Estaño derretido y fuego; además, cárcel para darle tiempo a pensar y llevarla a un cambio de actitud. Finalmente, con 18 años, se le corta la cabeza el 16 de febrero del 308.

Alguna vez hay padres que exageran al forzar a sus hijos cuando tienen que elegir estado. Esto tiene más complicaciones si razones profundas, como la fe práctica, dificulta la comprensión de los motivos que distancian. ¿No pensaría el padre de Juliana que sin matrimonio y cristiana su hija sería desgraciada? Quizá con viva fe cristiana llegara a vislumbrar que Jesucristo llena más que el dinero, el poder, la dignidad y la fama.

Uno de los hechos más característicos de las «Actas», es la discusión que tuvo la santa con el demonio, el cual, disfrazado cono un ángel de luz, trataba de persuadirla para que accediese a los deseos de su padre y de su pretendiente. Por ello, el arte medieval representaba comúnmente a Santa Juliana con una cadena o una cuerda disponiéndose a atar a un demonio alado.

viernes, 14 de febrero de 2025

15 DE FEBRERO SAN CLAUDIO DE LA COLOMBIERE PRESBÍTERO


 SAN CLAUDIO DE LA COLOMBIÉRE



PRESBÍTERO




 Jesuita

PALABRA DE DIOS DIARIA

En Paray-le-Monial, de Borgoña, en Francia, san Claudio de La Colombière, presbítero de la Compañía de Jesús, que siendo hombre entregado a la oración, con sus consejos dirigió a muchos en su esfuerzo para amar a Dios (1682). 


Fecha de canonización: 31 de mayo de 1992 por el Papa Juan Pablo II.

Glorias para Nuestro Dios

Un artista, contemporáneo de Claudio, nos ha dejado un retrato, pintado cuando éste tenía entre treinta y cinco y cuarenta y un años: rostro alargado, ojos pequeños pero brillantes y de mirada penetrante, frente amplia, boca bien proporcionada y mentón un tanto afilado. Se dice que cuando Claudio entró en la Compañía de Jesús era más bien robusto, de carácter muy alegre, de elevados ideales, prudente y agradable. La vida religiosa no hizo sino desarrollar sus dones naturales.

Su inteligencia innata se acostumbró a los juicios agudos y certeros. Claudio amaba las bellas artes y sostuvo una correspondencia con Oliverio Patru, miembro de la Academia Francesa, quien alaba mucho sus escritos. Pero poco valor habrían tenido estos dones naturales en el trabajo por las almas, si no hubiera unido a ellos el espíritu interior de un religioso sediento de la gloria de Dios. La fuente de su vida interior era la unión con Dios en la oración, a la que se entregaba constantemente. Llegó a habituarse de tal modo a referirlo todo a Dios, que el respeto humano y los motivos mundanos no existían para él. Este extraordinario despego del mundo fue su característica principal.

Nacimiento y más acontecimientos

El santo Claudio nació en Saint-Symphorien d´Ozon, cerca de Lyón, en 1641. Su familia estaba bien relacionada, era piadosa y gozaba de buena posición. No poseemos ningún dato especial sobre su vida antes de ingresar en el colegio de la Compañía de Jesús de Lyón. Aunque sentía gran repugnancia por la vida religiosa, logró vencerla y fue inmediatamente admitido en la Compañía. Hizo su noviciado en Aviñón y, a los dos años, pasó al colegio de dicha ciudad a completar sus estudios de filosofía. Al terminarlos fue destinado a enseñar la gramática y las humanidades, de 1661 a 1666. Desde 1659, la ciudad de Aviñón había presenciado choques constantes entre los nobles y el pueblo En 1662, ocurrió en Roma el famoso encuentro entre la guardia pontificia y el séquito del embajador francés. A raíz de ese incidente, las tropas de Luis XIV ocuparon Aviñón, que se hallaba en el territorio de los Papas. Sin embargo, esto no interrumpió las tareas del colegio, y el aumento del calvinismo no hizo más que redoblar el celo de los jesuitas, quienes se consagraron con mayor ahínco a los ministerios apostólicos en la ciudad y en los distritos circundantes.

Cuando la paz quedó restablecida, Aviñón celebró la canonización de San Francisco de Sales. En el más antiguo de los dos conventos de la Visitación se llevó a cabo una gran función litúrgica. En aquella ocasión, el Santo Claudio desplegó por primera vez sus dotes de orador, pues, aunque todavía no era sacerdote, fue uno de los elegidos para predicar el panegírico del santo obispo en la iglesia del convento. El texto que escogió fue: "De la fuerza ha brotado la suavidad" (Jueces: 14, 14), y el sermón resultó magnífico. Entre tanto, los superiores habían decidido enviar al joven Claudio a terminar sus estudios de teología en París, centro de la vida intelectual de Francia. En dicha ciudad se le confió el honor de velar por la educación de los dos hijos del famoso Colbert. Lo que ocurrió, probablemente, es que Colbert descubrió la envergadura intelectual de Claudio y lo escogió para ese importante oficio, aunque él personalmente no era amigo de los jesuitas. Sin embargo, las relaciones del santo con esa distinguida familia terminaron mal, pues una frase satírica que Claudio había escrito llegó al conocimiento del ministro, quien se mostró sumamente ofendido y pidió a los superiores de la Compañía que enviaran al santo nuevamente a su provincia. Esto no pudo realizarse, sino hasta 1670.

La Palabra es proclamada y el Corazón elevado

En 1673, el joven sacerdote fue nombrado predicador del colegio de Aviñón. Sus sermones, en los que trabajaba intensamente, son verdaderos modelos del género, tanto por la solidez de la doctrina como por la belleza del lenguaje. El santo parece haber predicado más tarde los mismos sermones en Inglaterra, y el nombre de la duquesa de York (María de Módena, que fue después reina, cuando Jacobo II heredó el trono), en cuya capilla predicó Claudio, está ligado a las ediciones de dichos sermones. El santo, durante su estancia en París, había estudiado el Jansenismo con sus verdades a medias y sus calumnias, a fin de combatir, desde el púlpito sus errores, animado como estaba por el amor al Sagrado Corazón, cuya devoción sería el mejor antídoto contra el Jansenismo. A fines de 1674, el P. La Chaize, rector del santo, recibió del general de la Compañía la orden de admitirle a la profesión solemne, después de un mes de ejercicios espirituales en la llamada "tercera probación". Ese retiro fue de gran provecho espiritual para Claudio que se sintió, según confesaba, llamado a consagrarse al Sagrado Corazón. El santo añadió a los votos solemnes de la profesión un voto de fidelidad absoluta a las reglas de la Compañía, hasta en sus menores detalles. Según anota en su diario, había ya vivido durante algún tiempo en esa fidelidad perfecta, y quería consagrar con un voto su conducta para hacerla más duradera. Tenía entonces treinta y tres años, la edad en la que Cristo murió, y eso le inspiró un gran deseo de morir completamente para el mundo y para sí mismo. Como escribió en su diario: "Me parece, Señor, que ya es tiempo de que empiece a vivir en Tí y sólo para Tí, pues a mi edad, Tú quisiste morir por mí en particular".

Escogido por y para el Corazón de Jesús

Dos meses después de haber hecho la profesión solemne, en febrero de 1675, Claudio fue nombrado superior del colegio de Paray-le-Monial. Por una parte, era un honor excepcional confiar a un joven profeso el gobierno de una casa; pero por otra parte, la pequeña comunidad de Paray, que sólo tenía cuatro o cinco padres, era insignificante para las grandes dotes de Claudio.

En realidad se trataba de un designio de Dios para ponerle en contacto con un alma que necesitaba de su ayuda: Margarita María Alacoque. Dicha religiosa se hallaba en un período de perplejidad y sufrimientos, debido a las extraordinarias revelaciones de que la había hecho objeto el Sagrado Corazón, cada día más claras e íntimas. Siguiendo las indicaciones de su superiora, la madre de Saumaise, Margarita se había confiado a un sacerdote muy erudito, pero que carecía de conocimientos de mística. El sacerdote dictaminó que Margarita era víctima de los engaños del demonio, cosa que acabó de desconcertar a la santa. Movido por las oraciones de Margarita, Dios le envió a su fiel siervo y perfecto amigo, Claudio de la Colombiére.

El P. La Colombiére fue un día a predicar a la comunidad de la Visitación. "Mientras él nos hablaba escribió Margarita, oí en mi corazón estas palabras: "He aquí al que te he enviado" Desde la primera vez que Margarita fue a confesarse con el P. La Colombiere, éste la trató como si estuviese al tanto de lo que le sucedía. La santa sintió una repugnancia enorme a abrirle su corazón y no lo hizo, a pesar de que estaba convencida de que la voluntad de Dios era que se confiase al santo. En la siguiente confesión, el P. La Colombiere le dijo que estaba muy contento de ser para ella una ocasión de vencerse y, "en seguida -dice Margarita-, sin hacerme el menor daño, puso al descubierto cuanto de bueno y malo había en mi corazón, me consoló mucho y me exhortó a no tener miedo a los caminos del Señor, con tal de que permaneciese obediente a mis superiores, reiterándome a entregarme totalmente a Dios, para que Él me tratase como quisiera. El padre me enseñó a apreciar los dones de Dios y a recibir Sus comunicaciones con fe y humildad". Este fue el gran servicio del P. La Colombiere a Margarita María. Por otra parte, el santo trabajó incansablemente en la propagación de la devoción al Sagrado Corazón, pues veía en ella el mejor antídoto contra el jansenismo.

Testimonio ante la persecución

El santo no estuvo mucho tiempo en Paray. Su siguiente ocupación fue muy diferente. Por recomendación del P. La Chaize, que era el confesor de Luis XIV, sus superiores le enviaron a Londres como predicador de María Beatriz d´ Este, duquesa de York. El santo predicó en Inglaterra con el ejemplo y la palabra. El amor al Sagrado Corazón era su tema favorito. El proceso de beatificación habla de su apostolado en Inglaterra y de los numerosos protestantes que convirtió. La posición de los católicos en aquel país era extremadamente difícil, debido a la gran hostilidad que había contra ellos. En la corte se formó un movimiento para excluir al duque de York, que se había convertido al catolicismo, de la sucesión a la Corona sustituyéndole por el príncipe de Orange o algún otro candidato. El infame Titus Oates y sus secuaces inventaron la historia de un "complot de los papistas", en el que el P. La Colombiere se hallaría complicado con el resto de los católicos. El complot tenía por objeto, según los calumniadores, el asesinato del rey Carlos II y la destrucción de la Iglesia de Inglaterra, Claudio fue acusado de ejercer los ministerios sacerdotales y de haber convertido a muchos protestantes. Aunque fue hecho prisionero, la intervención de Luis XIV impidió que sellase su vida con el martirio. El santo fue simplemente desterrado de Inglaterra. La prisión había acabado con su débil salud. A su vuelta a Francia, en 1679, el santo estaba ya mortalmente enfermo; aunque en algunas temporadas se rehacía un poco y podía ejercer los ministerios sacerdotales, una enfermedad de los riñones no le dejaba reposo. Sus superiores, pensando que los aires natales podrían ayudarle a recobrar la salud, le enviaron a Lyón y a Paray. Durante una de sus visitas a esta última ciudad, Margarita María le avisó que moriría ahí.

El P.Claudio llega a Paray en Abril de 1681, enviado por los médicos en busca de la salud que le negaban otros climas; siendo así hubo comunicación entre el P. Claudio y la Hermana Margarita. Hablando de los ardores de sus almas y proyectos apostólicos en favor del Sagrado Corazón.

Aquí se agravó la enfermedad del P.Claudio; estaba listo para ir a otros climas, pero Sta. Margarita avisa que si le era posible sin faltar a la obediencia se quedara en Paray. Y le envía este mensaje: El me ha dicho que quiere aquí el sacrificio de vuestra vida. Tan categórica afirmación deshizo todos los preparativos de viaje.

Muerte y gloria

En efecto, después de haber dado maravilloso ejemplo de humildad y paciencia, Claudio La Colombiére entregó su alma a Dios al atardecer del 15 de febrero de 1682. Al día siguiente Santa Margarita María recibió un aviso del cielo en el sentido de que Claudio se hallaba ya en la gloria y no necesitaba de oraciones. Así escribió a una persona devota del querido difunto: "Cesad en vuestra aflicción. Invocadle. Nada temáis; mas poder tiene ahora que nunca para socorrernos."

El P. La Colombiére fue beatificado en 1929 y su Santidad Juan Pablo II lo declaró santo en 1992. La Iglesia Universal celebra su fiesta el día 15 de febrero. 

jueves, 13 de febrero de 2025

14 DE FEBRERO SAN CIRILO MONJE Y SAN METODIO OBISPO

 

SAN CIRILO Y SAN METODIO


MONJE Y OBISPO





Apóstoles de los eslavos

Memoria de los santos Cirilo, monje, y Metodio, obispo, hermanos nacidos en Tesalónica, que fueron enviados a Moravia por el obispo Focio de Constantinopla para predicar la fe cristiana, y allí inventaron signos propios para traducir del griego a la lengua eslava los libros sagrados. En un viaje que hicieron a Roma, Cirilo, que antes se llamaba Constantino, enfermó y, habiendo profesado como monje, descansó en el Señor en este día († 869). Metodio, constituido obispo de Sirmium por el papa Adriano II, evangelizó toda la región de Panonia, y en todas las dificultades que tuvo que soportar fue siempre ayudado por los Pontífices Romanos, recibiendo finalmente el premio por sus trabajos en la ciudad de Velherad, en Moravia, el día 6 de abril († 885).

Los dos hermanos Miguel y Constantino, que como monjes tomaron el nombre de Metodio y Cirilo respectivamente, realizaron su obra misionera en el siglo IX en Europa central, y con toda razón se los llama los “apóstoles de los eslavos”. Tienen el mérito de haberse adaptado a los pueblos que iban a evangelizar y usaron métodos misioneros que, aunque tenían toda la aprobación del Papa, suscitaron oposición entre griegos y latinos.

Tienen también el mérito de haber creado un nuevo alfabeto que se llama “cirílico”, precisamente por San Cirilo, ofreciendo al mundo eslavo, con la traducción de la Biblia, del Misal y del Ritual litúrgico, unidad lingüística y cultural. Este gran regalo que los hermanos Cirilo y Metodio hicieron a los pueblos eslavos fue recompensado con el amor y la devoción populares. Pero durante su vida, no todo fue fácil los dos santos misioneros, sino que tuvieron que luchar mucho contra los que siempre se oponen a los grandes innovadores.

Los dos hermanos nacieron en Tesalónica. Eran hijos de un empleado imperial y conocían el eslavo que se hablaba en Macedonia. Constantino, el más joven, nació hacia el año 827, completó sus estudios en Constantinopla bajo Focio, y después de su ordenación sacerdotal se dedicó a la enseñanza. Miguel, en cambio, siguió la carrera política, pero cuando lo nombraron gobernador de una provincia bizantina de lengua eslava, renunció al deseado puesto y se hizo monje con el nombre de Metodio. En el año 860 el emperador encargó a los dos hermanos la evangelización de los Kazarios, y tres años después llegaron a Moravia por invitación del príncipe Ratislao. Fue aquí en donde elaboraron el alfabeto “cirílico” y en donde tradujeron la Biblia y el Misal en lengua eslava. Cirilo y Metodio fueron acusados de cisma y herejía, y por eso tuvieron que viajar a Roma, en donde los recibió con gusto el Papa Adriano II, que les permitió celebrar los santos misterios en lengua eslava, estando, incluso, él presente con una comunidad cristiana muy numerosa.

San Cirilo murió en Roma el 14 de febrero del 869 y fue enterrado en la basílica de San Clemente, el mártir cuyas reliquias él mismo había llevado a Roma. Metodio, ordenado sacerdote por el Papa y nombrado obispo de Panonia, regresó entre sus eslavos. Murió el 6 de abril del año 885 en la ciudad de Velahrad (Checoslovaquia), y en su funeral se usó el eslavo junta con el griego y el latín. 

Estos dos figuras, gigantes de la evangelización, fueron nombrados co-patronos de Europa por el Santo Padre Juan Pablo II que así ofreció a los fieles del mundo el ejemplo de dos predicadores infatigables del mensaje evangélico.

miércoles, 12 de febrero de 2025

13 DE FEBRERO SAN MARTINIANO EREMITA

 

SAN MARTINIANO


EREMITA






En Atenas, en Grecia, san Martiniano, que había abrazado la vida eremítica cerca de Cesarea, en Palestina (c. 398).

Etimología: Martiniano = variante de Martín = Referente al Dios Marte, es de origen latino.Siendo todavía muy joven, San Martiniano se instaló en el desierto cerca de Cesarea en Palestina. A au joven cuerpo lo atormentaban las pasiones carnales, su alma estaba turbada por las tentaciones diabólicas, pero San Martiniano estaba venciéndolas con el ayuno, la oración y el trabajo. 

Así vivió 25 años. Gracias a él una ramera llamada Zoe, que vino especialmente para tentarlo, se convirtió. El Santo pisó con los pies descalzos el carbón ardiente y con mucho esfuerzo aguantando el dolor, gritó: "¡cómo será el fuego del infierno!" Sorprendida por la fuerza espiritual y por los sufrimientos de eremita, Zoe se arrepintió y pidió a San Martiniano que orará por ella. Él le ordenó ir al Monasterio de Santa Paula, en Belén, donde ella vivió 12 años hasta su fallecimiento.

San Martiniano se fue a una isla deshabitado y allí vivió varios años sin el techo, bajo el cielo. Recibía la comida del dueño de un barco, para cual él fabricaba los cestos. En el mismo lugar donde San Martiniano se esforzaba espiritualmente, siguiendo sus pasos se salvó una joven llamada Fotini, después de que su barco se hundió y ella fue traída por las olas a la isla. 

Al recibirla en la isla, para evitar las tentaciones el Santo se tiró al mar y con la ayuda de Dios alcanzó la tierra en el sur de Grecia. Después Martiniano estaba peregrinando durante 2 meses y falleció en paz en Atenas, cerca del año 422. 

martes, 11 de febrero de 2025

12 DE FEBRERO SAN MELECIO DE ANTIOQUÍA OBISPO

 

SAN MELECIO DE ANTIOQUÍA


OBISPO





Conmemoración de san Melecio, obispo de Antioquía, que, por defender la fe de Nicea, fue exiliado varias veces y falleció mientras presidía el primer Concilio Ecuménico de Constantinopla. San Gregorio de Nisa y san Juan Crisóstomo exaltaron su figura (381).

San Melecio de Antioquía (Meletius, Melétios, en griego, Μελέτιος) fue un eclesiástico griego del siglo IV nacido en Melitene en una familia destacada de la que heredó una hacienda en Armenia Menor y que fallecío en el año 381.

Por su buen carácter adquirió una gran reputación, y cuando Eustaquio fue depuesto como obispo de Sebaste en el concilio de Melitene el año 357, ocupó su lugar; el lugar era conflictivo y renunció, retirándose a Berea (Alepo) de donde supuestamente fue obispo y se decantó a favor de los arrianos y suscribió probablemente la confesión de fe de Ariminio, y la de los acacianos en Seleucia el año 359 bajo influencia de los cuales fue nombrado obispo (arzobispo) de Antioquía en el año 360 o 361.

Durante un tiempo intentó contentar a todo el mundo, con un lenguaje ambiguo, pero progresivamente regresó a una plena comunión con la Iglesia. Fue llamado por el emperador Constancio II quien ordenó a varios prelados que explicaran el texto del Libro de los Proverbios: «Diome Yavé el ser en el principio de sus caminos» (8,22-23). Habiendo recibido ya a Jorge de Laodicea y Acacio de Cesarea y habían dado explicaciones más o menos heterodoxas, sin embargo, Melecio lo expuso con sentido católico; los arrianos le acusaron entonces de sabelianismo y convencieron al emperador de que lo depusiera y desterrara, cosa que hizo y Melecio fue desterrado a Melitene; Euzoius, (quien anteriormente había sido expulsado de la Iglesia por san Alejandro, arzobispo de Alejandría), fue nombrado para ocupar el obispado que el destierro habia dejado bacante (hacia el año 361). Esto produjo un cisma, aunque el inicio real de este fue el destiero de san Eustaquio en el año 330.

Al llegar Juliano al trono el año 362, Melecio pudo regresar a Antioquía y trató de reconciliar a las partes, cosa que parecía más fácil después de la muerte de Eustaquio, pero el ordenamiento de Paulino como obispo de la Iglesia en Antioquía, lo hizo imposible; mientras los arrianos conservaban muchas iglesias y los católicos tan sólo tenían dos. Valente las privó de estas y Melecio fue nuevamente desterrado (hacia 365). En su ausencia, los católicos fueron dirigidos por Flaviano y Teodoro.

En 378, a la muerte de Valente, Melecio fue llamado otra vez, pero el edicto de Graciano que permitía volver a los exiliados hizo volver también a Doroteo, el obispo arriano sucesor de Euzoius, quien ocupó el arzobispado pero al cabo de un tiempo le fue devuelto a Melecio; sin embargo, aún estaba activo su rival Paulino, que no se avino a las propuestas que se le hicieron.

En 381, se reunió en Constantinopla el segundo Concilio Ecuménico, y san Melecio lo presidió. Estando el Concilio en sesiones, la muerte se llevó a este obispo, que tanta paciencia tuvo en el sufrimiento. La noticia de su muerte fue recibida con gran dolor de los Padres conciliares y del emperador Teodosio, quien le había dado la bienvenida a la ciudad imperial con una gran demostración de afecto, «como un hijo que saluda a un padre por mucho tiempo ausente». Con su humildad evangélica, Melecio se había hecho querer por todos los que lo conocieron. Crisóstomo nos dice que su nombre era tan venerado, que la gente en Antioquía escogía este nombre para sus hijos; grababan su imagen en sus sellos y en su vajilla y la esculpían sobre sus casas. Todos los Padres del Concilio y los fieles de la ciudad asistieron a sus funerales en Constantinopla. Uno de los prelados más eminentes, san Gregorio de Nisa, pronunció la oración fúnebre. En ella hace referencia a «la dulce y tranquila mirada, radiante sonrisa y bondadosa mano que secundaba a su apacible voz»; y termina con las palabras, «Ahora él ve a Dios cara a cara, ruega por nosotros y por la ignorancia del pueblo». Cinco años más tarde, san Juan Crisóstomo, a quien san Melecio había ordenado diácono, pronunció un panegírico el 12 de febrero, el día de su muerte o de su traslación a Antioquía. Todavía existen los panegíricos escritos por san Gregorio de Nisa y san Juan Crisóstomo.

Bibliografía: Vidas de los santos, Alban Butler





lunes, 10 de febrero de 2025

11 DE FEBRERO NUESTRA SEÑORA DE LOURDES ADVOCACIÓN MARIANA

 NUESTRA SEÑORA DE LOURDES



ADVOCACIÓN MARIANA





Memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes. Cuatro años después de la proclamación de su Inmaculada Concepción, la Santísima Virgen se apareció en repetidas ocasiones a la humilde joven santa María Bernarda Soubirous en los montes Pirineos, junto al río Gave, en la gruta de Massabielle, de la población de Lourdes, y desde entonces aquel lugar es frecuentado por muchos cristianos, que acuden devotamente a rezar.

Bernardita de Soubirous fue la elegida por Dios para ser testigo y mensajera de tan extraordinaria iniciativa del Creador. La Madre de Jesús, nuestra Madre también, supo como siempre enamorar a las multitudes y convocar a los pueblos de las naciones alrededor de la majestuosa imagen que de Ella se difundió.

Lourdes ha sido fuente de sanación física para mucha gente, y quizás ha sido este el milagro más visible que Dios ha realizado para confirmar y sostener la fe en la obra. Pero sin dudas que la sanación espiritual, la conversión de las almas, ha sido el fruto más extraordinario que las generaciones han manifestado como evidencia de la potencia de los actos de Dios en esta tierra.

Bernardita fue también instrumento de confirmación del Dogma de la Inmaculada Concepción, para alegría de los que amamos la pureza de María, reconocida de este modo en las propias palabras de la Reina del Cielo: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. Hoy, después de 150 años, las palabras de María resuenan en nuestros oídos con la misma fuerza, como un cristal puro que resuena y sacude con su timbre los tímpanos del mundo. 

Gloria a Dios por Su Amor manifestado en regalo tan extraordinario. Nuestra Señora de Lourdes renueve nuestros corazones y nuestras mentes, para que emerja sonriente y esplendorosa nuestra propia conversión.

www.reinadelcielo.org

Fue el 11 de febrero cuando la Virgen se le apareció a Bernardita, una joven de 14 años en la gruta de Massabielle. Vio una nube dorada y a la Virgen vestida de blanco con un rosario en la mano.

Esta aparición se repitió 18 veces. El 25 de febrero fue cuando la chica escarbó en el suelo y salió un manantial de agua. Le dijo la Virgen que levantaran un templo y que rezara el rosario por los pecadores.

Comenzó a acudir mucha gente. Las autoridades eclesiásticas, comenzando por el párroco, no le daban crédito a la joven.

Era impensable que a su edad y dada su falta de cultura, supiera algo acerca del misterio del dogma de la Inmaculada Concepción, declarado así por el Papa Pío IX en 1854.

El mismo Papa le dio el nombre de Basílica al templo levantado en honor de las apariciones. Estas, por fin, fueron declaradas auténticas y no pura fantasía de una adolescente ignorante.

¿Cuál es la síntesis del mensaje de Lourdes?

En primer lugar, se trata de un acto de gratitud por la definición del dogma, que se había declarado oficialmente cuatro años antes. En segundo lugar, exaltar la pobreza y la humildad, virtudes eminentemente cristianas. En tercer lugar, la importancia de la Cruz como camino para ser feliz aquí y en el más allá. Y en cuarto lugar, la clave para llevar una vida cristiana auténtica, es la oración, sintetizada en el rezo del santo rosario.

Pero lo importante, además de las curaciones físicas, es que todo el mundo sale curado en lo espiritual, siempre y cuando se vaya de buena fe.


domingo, 9 de febrero de 2025

10 DE FEBRERO SANTA ESCOLÁSTICA VIRGEN

 

SANTA ESCOLÁSTICA 


VIRGEN





Memoria de la sepultura de santa Escolástica, virgen, hermana de san Benito, la cual, consagrada desde su infancia a Dios, mantuvo una perfecta unión espiritual con su hermano, al que visitaba una vez al año en Montecasino, en la Campania, para pasar juntos una jornada de santas conversaciones y alabanza a Dios (c. 547).

La única fuente histórica sobre la vida de Santa Escolástica, hermana de San Benito, son los capítulos 33 y 34 del segundo libro de los Diálogos de San Gregorio Magno. Las noticias, legendarias que se añadieron, enriquecen poco la imagen sencilla e intensa de la santa. Pero a San Gregorio no le interesaba presentarnos una noticia biográfica completa de Santa Escolástica, sino completar el perfil interior del padre del monacato occidental. 

Parece que el año del nacimiento de los dos santos coincide: el 480. Por tanto, Benito y Escolástica probablemente fueron gemelos, y si no lo fueron anagráficamente, sí lo fueron espiritualmente, pues sus vidas fueron paralelas hasta la muerte, en el 547, a 40 días de distancia.

Escolástica nació en Nursia y desde muy joven se consagró a Dios; después siguió a su hermano San Benito a Subiaco y a Montecassino. En Piumarola, a los pies del monte, estableció su monasterio, como si humildemente hubiera querido detenerse en las faldas de la montaña, en cuya cumbre el hermano había fijado su habitación. Pero, a pesar de estar tan cerca en el lugar y en el afecto, Benito bajaba a visitar a la hermana sólo una vez al año. Es comprensible que Santa Escolástica quisiera detenerse un poco más con su hermano, pero San Benito era muy riguroso en el cumplimiento de la regla que él mismo se había impuesto.

En el último coloquio, que tuvo lugar tal vez el primer jueves de cuaresma del 547, Dios demostró que le agradaba más el gesto de afectuosa caridad que el cumplimiento riguroso de la regla. En efecto, Escolástica le pidió al hermano que permaneciese con ella, como refiere San Gregorio, “para que toda la noche hasta el día siguiente pudieran hablar de la alegría de la vida celestial”. 

Ante el severo reproche de Benito, Escolástica juntó las manos y permaneció en oración. “Pudo más ante Dios porque amó más”, comenta San Gregorio Magno.

Y efectivamente, pocos instantes después pareció que se abrían las cataratas del cielo: el aguacero y los truenos obligaron a San Benito a desistir de regresar al monasterio, pero le echó la culpa a la hermana que cándidamente replicó: “Pues bien, yo te lo pedí y no me quisiste escuchar; pedí al Señor y Él si me escuchó; vete si puedes, y regresa al monasterio”.

En el lugar del prodigio se construyó la llamada “iglesia del coloquio” y en recuerdo de ese episodio se invoca a Santa Escolástica contra los rayos y para obtener la lluvia. A los tres días de ese maravilloso coloquio, San Benito, durante la oración, vio que el alma de Escolástica volaba al cielo en forma de paloma, y a los 40 días él la siguió para vivir eternamente “la alegría celestial”.