sábado, 21 de noviembre de 2015

22 DE NOVIEMBRE SANTA CECILIA VIRGEN Y MÁRTIR

SANTA CECILIA 

VIRGEN Y MÁRTIR




Memoria de santa Cecilia, virgen y mártir, que, según la tradición, consiguió la doble palma por amor a Jesucristo, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia de Roma. El título de una iglesia en el Transtíber lleva desde antiguo su nombre (s. inc.).

La gran devoción popular hacia la virgen y mártir romana hizo que el nuevo calendario litúrgico conservara su memoria, a pesar de que faltan documentos históricos anteriores al siglo VI. Esta devoción y el mismo patrocinio de Santa Cecilia sobre la música sagrada se deben efectivamente al relato de su martirio, titulado Pasión, fechado después del año 486. En ella la fundadora del “título” de la basílica de Santa Cecilia en Trastévere es identificada con una santa homónima, enterrada en las catacumbas de San Calixto y que habría sufrido el martirio durante el imperio de Alejandro Severo, hacia el 230.

En la Liturgia de las Horas se lee: “El culto de Santa Cecilia, bajo cuyo nombre fue construida en Roma una basílica en el siglo V, se difundió ampliamente a causa del relato de su martirio, en el que es ensalzada como ejemplo perfectísimo de la mujer cristiana, que abrazó la virginidad y sufrió el martirio por amor a Cristo”.

Cecilia, noble y rica, iba todos los días a la Misa celebrada por el Papa Urbano en las catacumbas próximas a la Vía Apia, y una multitud de pobres la esperaban porque conocían su generosidad. En el día de su boda con Valeriano, mientras el órgano tocaba, ella cantaba en su corazón: “solamente para el Señor” (de este pasaje de su Pasión tuvo origen el patrocinio de Cecilia sobre la música sagrada); después, llegada la noche, la joven le dijo a Valeriano: “Ninguna mano profana puede tocarme, porque un ángel me protege. Si tú me respetas, él te amará, como me ama a mí”.

Al contrariado esposo no le quedó otro remedio que seguir el consejo de Cecilia, hacerse instruir y bautizar por el Papa Urbano y después compartir el mismo ideal de pureza de la esposa, recibiendo en recompensa su misma gloria: la palma del martirio, al que por gracia divina se asoció también el hermano de Valeriano, Tiburcio. 

Aunque el relato del martirio parece fruto de una piadosa fantasía, históricamente es cierto que Valeriano y Tiburcio fueron mártires y que fueron enterrados en las catacumbas de Pretestato. Después del proceso, narrado con abundancia de detalles por el autor de la Pasión, Cecilia fue condenada a la decapitación, pero los tres poderosos golpes del verdugo no lograron cortarle la cabeza: esto se debió a que, según el relato, Cecilia había pedido al Señor la gracia de ver al Papa Urbano antes de morir.

En espera de esta visita, Cecilia pasó tres días en agonía, profesando su fe. No pudiendo decir ni una palabra, expresó con los dedos su credo en Dios uno y trino.

2 comentarios:

  1. jesús me ha salvado por eso hoy hagase tú voluntad aqui en la tierra como en el cielo y paz a los hombre que ama el señor.

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  2. VIRGEN DE SANTA CECILIA

    “Te he buscado tanto tiempo, el arte vela tu adviento”

    Virgen de Santa Cecilia,
    los músicos, tu familia,
    Reina de las ocho notas,
    de las armonías devotas.

    Patrona de los poetas,
    de ciegos, pautas inquietas,
    toca tu órgano bendito,
    cantante, te necesito.

    De Roma, viene tu esencia,
    hónranos, con tu presencia,
    Valeriano, a ti, te aguarda,
    es tu ángel de la guarda.

    Sufriste un cruel martirio,
    yo, te quiero, hasta el delirio,
    clave de sol, tu sepulcro,
    soy tu intérprete más pulcro.

    Del cielo, por ti, se asoman,
    querubines, te coronan,
    musicaliza mi vida,
    la cadencia en ti se anida.

    Día veintidós de noviembre,
    la tonalidad sea timbre,
    fiel solfeo, un virtuosismo,
    eres la musa del ritmo.

    Mi corazón es tu altar,
    enséñame a combinar
    el sonido con el tiempo,
    prometo aprender, atento.

    Déjame una melodía,
    que la canción se haga día,
    llevo música por dentro,
    partitura, muy adentro.

    Filarmónicos latidos,
    estimula mis sentidos,
    de un compás brote el talento,
    la sinfonía está en el viento.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    México, D. F., a 22 de noviembre del 2015
    Dedicado a la máxima cantante, a la inmensa e intensa, Polly (Paulina Peña) y al mejor bajo del mundo, Marco Antonio del Muro.
    Reg. SEP Indautor No. (en trámite)

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