viernes, 22 de junio de 2012

22 DE JUNIO SAN PAULINO DE NOLA OBISPO Y CONFESOR

SAN PAULINO DE NOLA


OBISPO Y CONFESOR



Nace: 353 en Burdeos, Francia.

Su padre era gobernador de familia muy rica. Tuvo como maestros a los mas famosos literatos de su época. Llegó a ser un reconocido abogado con importantes cargos públicos en el Imperio Romano, por lo que viajó extensivamente. Todos le admiraban por su educación y su trato. En Milán se hizo amigo de San Ambrosio y San Agustín. Mantuvo correspondencia con San Jerónimo. Recibió el bautismo de su amigo San Delfín, obispo de Burdeos. 

Se retiró a España donde se casó con Teresa. Tras la muerte de su único hijo cuando este tenía ocho días de nacido, el matrimonio decidió repartir sus riquezas entre los pobres y vivir como hermanos. 

En la Navidad del 393, el pueblo pidió al Obispo de Barcelona que ordenase a Paulino sacerdote. 

Paulino y Teresa se fueron a vivir a Nola, Italia. Allí junto a la tumba de San Félix construyeron su casa donde vivían austeramente en oración y se dedicaban a la ayuda de los pobres. 

En el 409, al morir el obispo de Nola, el pueblo aclamó a Paulino como obispo. Fué un pastor ejemplar por 21 años, hasta su muerte. 

Sostuvo una extensa evangelización por correo. De el se conservas 50 cartas. También escribía bellas poesías. Conocido también por su poder contra los demonios. 

En el año 410 Nola fue invadida por los vándalos del rey Gensérico. Se llevaron muchos esclavos, entre ellos al hijo único de una pobre viuda. Paulino se ofreció de esclavo en lugar de aquel joven. Pero aquellos invasores tuvieron un cambio de corazón y devolvieron libres al obispo Paulino y a los demás prisioneros. 

Murió San Paulino el 22 de Junio de 431, a los 74 años de edad y fue sepultado en la iglesia de San Félix.

Su cuerpo fue trasladado a Roma donde es venerado en la Iglesia de San Bartolomé, en la isla del Tiber, junto con el Apóstol. 

Otros santos escribieron sobre sus virtudes de obispo modelo, entre ellos San Ambrosio, San Jerónimo, San Agustín y San Gregorio de Tours. 

Según San Francisco de Sales, doctor de la amabilidad, San Paulino vivía un octavo sacramento que consistía en ser exquisitamente amable y bien educado con todos.

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